Nota La Mañana de Córdoba

El Cuenco, un proyecto teatral al borde del cierre

Peligra la continuidad de la sala El Cuenco que desde hace 12 años funciona en la calle Libertad de nuestra ciudad. El contrato de alquiler se les vence el 31 de julio, y esperan respuestas y apoyo por parte de la Provincia, la Municipalidad y/o el Instituto Nacional del Teatro. Ya hay varios planes de acción, entre los que se destaca una fuerte movida artístico-cultural denominada “Festival del destierro”.

El año pasado María Castaña había pasado por algo similar. Es que la situación que atraviesa el mercado inmobiliario no deja afuera a estos espacios culturales y salas teatrales, que se ven afectadas por aumentos excesivos en los alquileres o por la no renovación de los contratos. Ahora, el perjudicado por esta situación es El Cuenco, un importante centro artístico y cultural de la ciudad que lleva 12 años de funcionamiento en la calle Libertad 326, y que ahora ve truncada su continuidad como consecuencia de que su contrato caduca el 31 de julio. “Nosotros hace 12 años que estamos en ese local de la calle Libertad. Incluso tuvimos que realizar todas las remodelaciones para la habilitación municipal, hicimos las inversiones necesarias y la verdad es que ahora encontrarnos con esto de que tenemos que irnos a otro lugar es complicado. Porque además hay otro problema: supongamos que conseguimos otro local, los contratos solamente son por tres años. Es decir que nosotros tendríamos que volver a hacer todos los arreglos y reformas que necesitamos para funcionar como sala, pero sabiendo que sólo tenemos asegurado ese tiempo, que no es nada para un proyecto de estas características... Yo creo que el tema merece ser atendido porque si bien ahora afecta a El Cuenco, estas situaciones seguramente van a seguir perjudicando a otras salas”, afirma Rodrigo Cuesta de El Cuenco, quien incluso relata que en la tarde del martes estuvieron participando en el Primer Cabildo Abierto de la Cultura de Córdoba y, aprovechando ese espacio de diálogo, plantearon públicamente la situación de este espacio cuya continuidad corre riesgo.

Lo cierto es que las salas independientes no son ajenas a todo lo que viene ocurriendo con los alquileres, y estas situaciones repercuten de manera directa en estos proyectos que cumplen más bien una función de servicio vinculado a lo cultural y que ni siquiera son lo suficientemente redituables como para costear los altos aumentos que recaen en los contratos.

De hecho El Cuenco nació como un proyecto surgido en el seno mismo de la Universidad Nacional de Córdoba, promovido por alumnos y egresados de la Licenciatura en Teatro. Originalmente la idea era contar con un espacio propio de producción, y así fue que la sala de la calle Libertad reafirmó esa iniciativa que fue creciendo en convocatoria, propuestas, programación y también en su posicionamiento dentro del circuito de las artes escénicas locales. En la actualidad, los integrantes de El Cuenco desarrollan allí sus propuestas. Además es un lugar que utilizan para ensayo grupos independientes y estudiantes de la UNC, a lo que se suma el funcionamiento de varios talleres. Es decir que es un lugar que cuenta con una importante actividad.


Gestiones y festival

Si bien ya han hecho algunas gestiones ante la Provincia y la Municipalidad de Córdoba, la idea es seguir insistiendo a nivel estatal para encontrar algún tipo de apoyo frente a esta situación. Incluso, El Cuenco participó recientemente de la Fiesta Nacional del Teatro –en representación de nuestra provincia- con la obra “La desconfianza III. Matar al otro” y allí dieron a conocer la situación a las autoridades del Instituto Nacional del Teatro (INT). Por otra parte, también la Red de Salas es receptora de este reclamo, ya que no es solo un problema que afecta a El Cuenco sino que puede repetirse en otros proyectos teatrales de la ciudad.

“Nosotros vamos a seguir dialogando con la Municipalidad, la Provincia y el INT. Además vamos a hacer el ‘Festival del destierro’ con obras, charlas, una movida callejera, recolección de firmas y ese tipo de cosas para demostrar el apoyo de la comunidad a este proyecto. Este festival se va a desarrollar entre el 20 y 30 de junio... Más allá que dejar este espacio es algo doloroso para nosotros, uno también siente una sensación horrible de que está en la nada. Nos preguntamos que va a pasar con la producción de este año, con los vestuarios, con todas las cosas que tenemos aquí, en este lugar”, dice Rodrigo Cuesta que a la hora de esbozar posibles salidas y soluciones a este tema agrega: “nosotros queremos alguna medida que nos garantice que a la hora de encontrar otro espacio podamos trabajar ahí al menos 15 años, como para que se justifiquen las inversiones que debemos hacer para funcionar como sala”.